- Este rubro está experimentando una evolución consolidada en nuestro país. Sin embargo, debe sortear dos barreras principales: la seguridad y la tecnología, esta última vinculada con el modelo de negocio.
Santiago, 24 de octubre de 2025.- En palabras simples, un SmartPOS es un punto de venta (Point Of Sale) “inteligente”, es decir, un terminal de pago igual a uno tradicional, pero con la particularidad y funcionalidad de contar con interfaz Android. De esta manera, se le pueden instalar aplicaciones que operan en paralelo al sistema de pago.
Actualmente, ante la disminución del uso de cheques, billetes y monedas, el país está experimentando una evolución acelerada de esta industria. Estas nuevas alternativas para realizar transacciones sin contacto y digitales todavía tienen un campo amplio para crecer, aunque para eso deben sortear ciertas dificultades.
“De acuerdo a las últimas cifras que se conocen, que se remontan al 2023, existen alrededor de 112 millones de terminales de pago activos en el mundo, de los cuales 82 millones corresponden a Android, o sea, son SmartPOS. Para ese entonces, Chile tenía entre 24 y 26 por cada 1.000 personas, muy por debajo de países como Estados Unidos (90) o Brasil (42)”, describe Álvaro Villalón, BDM Payment en Coasin Logicalis.
Con este escenario, las oportunidades de crecimiento son grandes. “Hay un espacio para incluso duplicar el tamaño de terminales potenciales que tenemos hoy. Esto incluso según cálculos que sacamos hace algunos años, en un contexto donde había bastante menos comercio electrónico y pagos por Internet”, comenta Villalón.
Pese al potencial de este rubro, éste se encuentra en la actualidad con dos barreras principales, las cuales han demorado su desarrollo en el mercado chileno, como demuestran las estadísticas. Una tiene que ver con la seguridad, que genera inquietudes en los usuarios, mientras que la otra está relacionada con la adopción de esta tecnología.
Respecto al primer punto, estos dispositivos son multifuncionales, por lo que por ellos pasan transacciones e información sensible, que tienen que ser encriptadas. Esto requiere que a nivel de hardware, por ejemplo, deban separarse los módulos de Android con los de pago, además de una revisión exhaustiva previa, con procesos de verificación y certificación.
En la actualidad, cuentan con una validación que se denomina PCI, la cual certifica el equipo o la red, pero que no es suficiente para asegurar que las aplicaciones periféricas no afecten el correcto funcionamiento de aquellas de pago que se colocan en el dispositivo. Por eso es fundamental elegir a un buen proveedor, que proteja los datos.
“Si bien Android existe hace mucho tiempo en los teléfonos, los POS se demoraron mucho en adoptarlo, porque había numerosas consideraciones que tienen que ver con seguridad”, cuenta Villalón. “Y se tardó por las normas y las regulaciones, para que Android pudiera ser un sistema operativo que pueda usar las distintas redes de pago en sus terminales”, complementa.
Sobre la barrera tecnológica, está estrechamente vinculada con el modelo de negocio, ya que este mercado no es tan dinámico como el de los computadores o los teléfonos, sino que es más estable. Por ende, el recambio de los equipos no es tan vertiginoso, pues deben terminar de pagarse o sacarles todo el rendimiento posible antes de cambiarlos.
“Entonces, uno no busca, normalmente, estar cambiando el equipo todos los años, porque al final son más costos que no necesariamente están amarrados al pago que hace el comercio a la red”, explica el especialista de Coasin Logicalis. “En general, todo es más lento, pero ahí hay modelos de negocio y un montón de cosas para inventar en este mundo de los SmartPOS”, concluye Villalón.


