• El último trimestre del año no solo marca el cierre de balances: puede ser la diferencia entre una empresa que reacciona y otra que lidera con claridad.

Santiago, 11 de noviembre de 2025.- En muchas pequeñas y medianas empresas, la vorágine de fin de año suele ganar la batalla. Entre cierres, cotizaciones y pendientes, la planificación queda relegada al último lugar.

“Muchos dueños sienten que no tienen tiempo para planificar o que no vale la pena hacerlo antes de enero”, explica Patricio Leguía, experto en la materia. “Pero ese es justamente el error que termina costando claridad, foco y rentabilidad al comenzar el nuevo año”.

El último trimestre del año no sólo marca el cierre de balances: puede ser la diferencia entre una empresa que reacciona y otra que lidera con claridad. “El peor error de una PyME es postergar la planificación. En enero la operación ya está encima, surgen urgencias y el tiempo para pensar estratégicamente desaparece”, advierte Leguía.

Según el ejecutivo, el cuarto trimestre (Q4) debería ser un espacio reservado para preparar el año siguiente con dirección y foco. “No se trata solo de cerrar las cifras de 2025, sino de preparar el 2026 con una estructura sólida que dé orden a toda la organización desde el primer día”, comenta.

Planificar con método

La recomendación es clara: anticipar ingresos, gastos y curvas de demanda. En empresas con alta estacionalidad, planificar es determinante. “Es el momento de mirar los números con lupa y preguntarse qué funcionó bien, qué presionó los resultados y qué palancas realmente harán la diferencia el próximo año”, agrega.

Es por esta razón, que Leguía propone cinco pasos prácticos para planificar de forma efectiva el cierre de año:

  1. Analizar los números: ingresos, gastos, márgenes y caja.
  2. Revisar objetivos: detectar qué se cumplió y qué no, y por qué.
  3. Definir prioridades: elegir las tres o cuatro que moverán la aguja.
  4. Bajar objetivos a acciones concretas: responsables, plazos y recursos.
  5. Comunicar y alinear al equipo: “Para que enero parta ejecutando, no improvisando”, enfatiza.

Planificar antes de que termine el año, asegura el fundador de Mi Directorio PyME, no es un lujo: es una inversión en claridad. “Un buen ejercicio es proyectar distintos escenarios – optimista, base y conservador – para anticipar decisiones y reducir la incertidumbre. Así la empresa no improvisa, reacciona con estrategia”, señala.

En tiempos donde la incertidumbre es parte del entorno, tomarse unas horas para pensar con datos y método puede ser la ventaja competitiva más subestimada. “Las empresas que planifican en Q4 no corren detrás del año. Lo lideran desde el principio”, concluye el profesional.

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