- El panorama actual, altamente complejo e interconectado, hace que sea más difícil lidiar con tiempos de inactividad no planificados. Recuperarse con rapidez, por tanto, no solo es una necesidad imperiosa, sino también una ventaja competitiva frente a un escenario lleno de retos.
Santiago, 19 de noviembre de 2025.- La minería chilena no solo es uno de los sectores más importantes para la economía del país (11 % del PIB), sino que también para el mundo. Según datos del Consejo Minero, Chile concentra el primer lugar global en la producción de cobre, con un 24% de la participación.
Por lo que la interrupción o detenimiento de las faenas es uno de los dolores de cabeza más complejos de gestionar. Es por eso que en el país, la mayoría de las mineras están incorporando nuevos conceptos para lograr o alcanzar la recuperación ágil con visibilidad total.
“Las redes mineras, con su creciente complejidad y dependencia de la tecnología, se encuentran en el epicentro de la transformación digital de la industria. En este contexto, la resiliencia digital y la observabilidad emergen como pilares fundamentales para garantizar la continuidad operativa, la seguridad y la eficiencia en un entorno tan desafiante como el minero”, explica Daniel Peña, gerente de ventas de Cisco Chile.
Por distintas razones, las paralizaciones pueden ocurrir. En cualquier caso, la minería chilena ya está impulsando una transformación total en la gestión de estos eventos. Uno de los conceptos que está ayudando es la resiliencia digital, capaz de construir la capacidad para resistir, adaptarse y recuperarse rápidamente ante cualquier interrupción, ya sea por fallas de hardware, ataques cibernéticos, desastres naturales o errores humanos.
Para esto, la implementación de arquitecturas robustas y redundantes, soluciones de respaldo y recuperación, así como mecanismos de protección avanzados contra amenazas es fundamental. En el sector minero, donde la conectividad es crítica y cualquier pausa, demora o detención de procesos puede generar pérdidas millonarias, la resiliencia no es solo deseable, sino indispensable.
“Con las nuevas tecnologías, las redes mineras podrán adquirir comportamientos inteligentes y ajustarse de manera automática sin intervención humana. Además, para anticiparse a los problemas y reducir los tiempos de indisponibilidad, se está apostando fuertemente por una visibilidad unificada en todos los sistemas y entornos, permitiendo abordar precozmente a situaciones que puedan afectar la operación”, menciona Peña.
Las amenazas son cada vez más intensas. La prevención proactiva, además de la detección, investigación y respuesta rápida ante amenazas son esenciales para mantener la seguridad operativa. “Hoy los datos críticos en herramientas fragmentadas y en diferentes equipos generan puntos ciegos, lo que provoca la ralentización en la resolución de problemas y los tiempos de respuesta”, recalca el ejecutivo.
Sin visibilidad, no hay resiliencia
Recuperarse sin brújula es imposible. Hoy es clave desbloquear la resiliencia con observabilidad, permitiendo gestar la capacidad de monitorear y comprender el estado de las redes mineras en tiempo real: desde el rendimiento de los dispositivos y la calidad del servicio hasta el comportamiento del tráfico y la detección de anomalías.
“En un entorno donde la maquinaria opera de forma autónoma y la comunicación es vital para la seguridad, la observabilidad se convierte en una herramienta invaluable para la toma de decisiones. Dista de un simple monitoreo, ya que recopila datos y proporciona un análisis detallado a los equipos de TI y operaciones para identificar rápidamente el origen de los problemas, predecir posibles fallas y optimizar el rendimiento de la red, garantizando así una operación fluida y eficiente”, aclara el profesional.
Por ello, las mineras chilenas están explorando esta innovación con bastante interés, ya que les permite minimizar la indisponibilidad y el impacto en la faena. Asimismo, con las proyecciones que existen respecto al déficit en la oferta de minerales en los próximos años es preponderante contar con las últimas tecnologías para maximizar la producción.
“Alcanzar verdadera resiliencia en toda la huella digital, requiere la convergencia de una red robusta y automatizada, capacidades avanzadas de observabilidad, ciberseguridad de punta y aseguramiento continuo”, recalca Peña.



