• Aunque la memoria sea frágil, es importante que las personas empiecen a tomar conciencia de lo peligroso que es tener una misma clave para todo.

LATAM, 18 de noviembre de 2025.- Para comprender los riesgos, las analogías son muy útiles. Es poco probable que la llave de nuestra casa sea la misma que usamos para el portón o el automóvil. O, más sencillo aún, ¿le pasaríamos algunas de esas llaves a un extraño? Probablemente no. De la misma manera, debemos mantener esa precaución en nuestra vida digital.

“La seguridad de nuestras cuentas en línea es igual de importante que el candado de la reja o la activación de alarmas en casa. Hoy en día, uno de los riesgos más comunes que vemos es que los usuarios utilizan la misma contraseña para múltiples cuentas. Aunque puede parecer conveniente recordar una sola clave, esta (mala) costumbre los expone a un peligro considerable, magnificando el impacto de una posible brecha de seguridad”, explica André Goujon, especialista en ciberseguridad.

Tu contraseña debe ser única para cada una de tus cuentas. Utilizar la misma clave en diferentes plataformas aumenta significativamente el riesgo de que los ciberdelincuentes accedan a tu información personal. Con la proliferación de dispositivos conectados a Internet, la superficie de ataque es vasta y los delincuentes digitales están constantemente buscando vulnerabilidades para explotar cualquier descuido.

“Otro error común es guardar las contraseñas en los navegadores. Pero sucede que hay muchos casos de malwares que lo primero que hacen es robar el almacén de contraseñas del navegador. Esta vulnerabilidad surge porque muchos programas maliciosos están diseñados específicamente para explotar las debilidades de los navegadores. Una vez que el malware logra infiltrarse en el sistema, su primera acción suele ser escanear y exfiltrar las credenciales almacenadas”, menciona el experto.

Por ende, tener una sola contraseña es correr el riesgo de darles acceso ilimitado a todos los servicios en línea donde el usuario seleccionó la opción «recordar contraseña» o «mantener sesión iniciada». “Aunque no se limite, esto incluye cuentas de correo electrónico, redes sociales, plataformas bancarias, tiendas en línea y servicios de suscripción. A veces la comodidad se convierte así en una puerta abierta para el acceso no autorizado y el robo de identidad, comprometiendo la privacidad y la seguridad financiera de las personas”, menciona el profesional.

A continuación, algunos consejos prácticos:

  • Robustas y únicas. Está prohibido usar la misma clave para todas tus plataformas. Opta por combinaciones largas que incluyan letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos. Herramientas como los gestores de contraseñas pueden ayudarte a crear y recordar estas claves complejas.
  • Autenticación de dos factores (2FA). Es un adicional de seguridad que requiere de una segunda verificación (como un código enviado a tu teléfono) además de tu contraseña. Por ende, si alguien obtiene tu clave, aún necesitará este segundo factor para acceder a tu cuenta.
  • Ojo con los correos y mensajes sospechosos. Cada vez más, están llegando muchos mensajes de texto y correos con enlaces sospechosos, lo cual es una situación global. No hagas clic ni descargues archivos de remitentes desconocidos que parezcan inusuales. Las empresas legítimas nunca te pedirán tus credenciales de inicio de sesión.
  • El software actualizado. Mientras estén disponibles, los dispositivos deben mantenerse actualizados, tanto  su  sistema operativo como las aplicaciones, ya que incluyen parches de seguridad que corrigen vulnerabilidades.
  • Atención a la actividad de tus cuentas. Puede que estemos bombardeados de notificaciones, pero debemos estar alertas. Si notas algo extraño en tus transacciones o inicios de sesión, actúa de inmediato cambiando tu contraseña y contactando al soporte de la plataforma.
  • No podemos compartir todo. Las redes sociales son para interactuar con tu gente, pero el contenido igual puede llegar a personas que no conoces. Cuanta menos información personal esté disponible públicamente, menos datos podrán ser utilizados por ciberdelincuentes para ataques de ingeniería social o para adivinar tus contraseñas.
  • No te conectes a cualquier red. Si, estar desconectado puede ser aburrido o un problema. Pero intenta evitar acceder a información sensible o realizar transacciones financieras a través de redes Wi-Fi públicas o no seguras, ya que son más vulnerables a la interceptación de datos.

“Hoy las fugas de datos son comunes. Y si un cibercriminal accede a una de tus cuentas y descubre que tiene la misma contraseña en otros servicios, obtiene automáticamente acceso a todas esas cuentas: correo electrónico personal y laboral, redes sociales,  cuentas bancarias, tiendas en línea y servicios de streaming. El efecto dominó de una sola contraseña comprometida es devastador y puede resultar en robo de identidad, fraudes financieros, pérdida de información personal y daño a la reputación”, sentencia Goujon.

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