Por Álvaro Paredes, director de tecnología de Data Observatory
El avance de la IA y el creciente valor estratégico de la información han transformado la forma en que organizaciones públicas, privadas y académicas gestionan sus datos. En este contexto ha surgido con fuerza un rol que articula, custodia y da continuidad al ciclo de vida de los datos: el Data Steward.
Aunque su consolidación como rol formal es relativamente reciente, especialmente en universidades donde comenzó a sistematizarse desde mediados de la década de 2010, sus funciones se apoyan en prácticas previas de gestión de datos en gobierno y empresas. En el ámbito académico, el Data Steward se ocupa de asegurar que los datos de investigación cuenten con estándares claros, sean interoperables y estén disponibles para su reutilización, extendiendo así su impacto científico. Su propósito central es preservar el contexto de los datos (su significado, origen y propósito) para que cualquier persona que los necesite pueda interpretarlos y aplicarlos adecuadamente.
Este rol ha migrado desde experiencias pioneras en el hemisferio norte hacia organizaciones de todo tipo, adaptándose a sus necesidades y madurando junto con la creciente demanda por datos confiables. En Chile, su presencia comienza a instalarse tanto en el sector público como en el privado, para lograr una coordinación más centralizada en el manejo de información, como en el ámbito universitario, donde sería clave para fortalecer una ciencia abierta de calidad y construir comunidades activas en torno al uso responsable de datos.
El Data Steward funciona como un articulador: coordina a quienes producen datos, a quienes los transforman y a quienes dependen de ellos para tomar decisiones. Evalúa su calidad, riesgos y valor, promueve su correcta documentación y asegura que los datos generen un impacto real, ya sea en el diseño de políticas públicas, la toma de decisiones operativas o el desarrollo de nuevo conocimiento. Además, establece vínculos con actores externos y colabora en la definición de metodologías, estándares y lineamientos que facilitan la madurez institucional en gobernanza de datos.
Organizaciones especializadas como The Data Tank, con sede en Bruselas, han desarrollado marcos conceptuales y herramientas prácticas para apoyar a instituciones en este proceso. Sus programas formativos han contribuido a profesionalizar la figura del Data Steward y a instalarla como un componente esencial de las estrategias modernas de datos.
En Chile, iniciativas como la propuesta del Data Observatory para impulsar Políticas de Datos basadas en los principios FAIR —Encontrables, Accesibles, Interoperables y Reutilizables— se alinean directamente con las funciones del Data Steward. Avanzar en esta dirección requiere fomentar una cultura de datos que profesionalice su tratamiento, mejore su calidad y maximice su impacto social, científico y ambiental de manera sostenible. El desafío ya no es solo producir datos, sino gobernarlos, y esa gobernanza requiere guardianes preparados, empoderados y estratégicamente valorados. Las organizaciones que reconozcan al Data Steward como protagonista, y no solo como ejecutor administrativo, serán las que realmente aprovechen el potencial transformador de sus datos.
